El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, reiteró que “toda vida vale” e instó a los tucumanos a “seguir trabajando como argentinos y como cristianos para acrecentar la cultura del encuentro y de la vida en nuestra Patria”. Así se refirió al debate y a la votación a favor de la despenalización del aborto. Sobre el resultado en Diputados, afirmó, “no es para inquietarnos ni amargarnos; es un compromiso de mayor trabajo por la vida”.
Luego, el prelado fijó su posición ante la iniciativa de interrupción legal del embarazo. “Sabemos que ante esto no siempre pierden los más pobres e indefensos; no dejemos de orar por la vida, custodiando la del hermano, la de la mujer, la del niño por nacer, la vida del joven, del adolescente, del anciano, del enfermo, del mendigo, del delincuente, de cada hermano”, señaló.
Y subrayó: “que podamos construir en nuestra querida Argentina una Patria de hermanos, no de descartados, no de sobrantes sino que crezcamos a partir del amor, de la paz, la unidad. Que sigamos bregando por los derechos de los más vulnerables”. “Por eso quiero dirigirme a los hombres y mujeres de buena voluntad, para sostener juntos toda vida y alentar a nuestros hermanos en defensa y el bien de esa vida. Que nuestra madre la Virgen y nuestro Dios de la vida, nos acompañen. Y a los no creyentes, el mensaje es que sigamos creciendo en fraternidad”.
Comunicado oficial
En tanto, los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresaron su “dolor” por la aprobación del proyecto del aborto en Diputados, pero a la vez instaron a “seguir luchando por la dignidad de toda vida humana”.
“Nos duele como argentinos esta decisión”, expresó en un comunicado la comisión ejecutiva de la CEA, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, junto con la Comisión Episcopal de Laicos y Familia de la Conferencia Episcopal de Argentina, sobre la sanción del proyecto del aborto.
“Pero el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana”, alentaron. En ese comunicado, los obispos insistieron en la necesidad de que “pueda haber diálogo” en lo que queda de debate en el Senado, ya que “la situación de las mujeres frente a un embarazo no esperado, la exposición a la pobreza, a la marginalidad social y a la violencia de género, siguen sin tener respuesta”.
Según los obispos, con esta aprobación “simplemente se ha sumado otro trauma, el aborto. Seguimos llegando tarde”. En ese sentido, indicaron que en el Senado aún está la oportunidad de “buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto”.
“Puede ser el lugar donde se elaboren proyectos alternativos que puedan responder a las situaciones conflictivas, reconociendo el valor de toda vida y el valor de la conciencia”, afirmaron.
Advirtieron los clérigos que “vivir el debate como una batalla ideológica nos aleja de la vida de las personas concretas. Si sólo buscamos imponer la propia idea o interés y acallar otras voces, seguimos reproduciendo violencia en el tejido de nuestra sociedad”, advirtieron.
En el comunicado, los obispos reconocen sus “debilidades” en la tarea pastoral, referidas a: “la educación sexual integral en nuestras instituciones educativas, el reconocimiento más pleno de la común dignidad de la mujer y el varón, y el acompañamiento a las mujeres expuestas al aborto o que han sido atravesadas por ese trauma”.
“Todas estas son llamadas de la realidad que nos convocan a una respuesta como Iglesia”, señalaron los obispos.
Por último, las organizaciones religiosas agradecieron a quienes hayan expresado “sus ideas y convicciones aunque hayan sido distintas a las nuestras”. “Que María de Luján, que conoció la incertidumbre de un embarazo inesperado, interceda por el pueblo argentino, especialmente por todas las mujeres que esperan un hijo, y por todos los niños y niñas que están en el vientre de su madre”, concluyeron.